martes, 12 de octubre de 2010

> El Pueblo Yoruba


Historia: Los descubrimientos arqueológicos sugieren que los antepasados Yoruba puedan haber vivido en su actual territorio desde la prehistoria.
Benin : En el sureste del pais, teniendo como centro la ciudad de Ketou.
Pueblos vecinos: Fon , Igbo , Edo

La tradición oral Yoruba describe un mito sobre su origen en la que cuenta como Dios descolgó mediante una cadena, desde el cielo hasta Ile-Ife a Oduduwa, el antepasado del pueblo Yoruba, trayendo con él un gallo, un trozo de tierra y una semilla en la palma de la mano. La tierra cayo en el agua, pero el gallo la rescató para convertirla en el territorio Yoruba y de la semilla creció un árbol con dieciséis ramas que representan el original de los dieciséis reinos.

El origen del pueblo Yoruba , aunque no existe certeza sobre el mismo, se cree que está en Egipto, de donde emigraron los Odudua, fundadores de los primeros reinos Yoruba. Esta hipótesis se basa en el parecido de las esculturas encontrado en Egipto y las esculturas encontradas en las escavaciones de la antigua ciudad-estado de Ife. Según sus mitos, sus fundadores eran los hijos de Odudua. Los Yoruba todavía se refieren a ellos mismos como "los hijos de Odudua."

Las ciudades-estado Yoruba formaban parte de los más de 25 reinos centralizados. De éstos, Ile-Ife se reconoce universalmente como el más importante. Se cree que fue fundado aproximadamente hacia el año 850. Su principal rival, el reino de Oyo, al noroeste de Ife, se fundó aproximadamente hacia el 1350 DC. Los Oni de Ife y el Alafin de Oyo todavía son considerados como los reyes Yoruba y respetados como tales en Nigeria. Otros reinos importantes eran Ijesha y Ekiti al nordeste; el Shabe, Ketu, Egbado, Ijebu, y Awori en el sudoeste; y el Ondo, Owo y Itsekiri en el sudeste.

En el siglo 15, y con la ayuda de las armas portuguesas se crea el imperio Oyo, cuya expansión se suele asociar con el comienzo del empleo del caballo. A finales del 18 siglo se produce una guerra civil en la que uno de los bandos consigue el apoyo de los Fulani, quienes en el año 1830 se hacen con el control de todo el imperio Oyo. La invasión Fulani empujó a muchos Yoruba hacia el sur donde se fundaron los pueblos de Ibadan y Abeokuta. En 1888, con la ayuda de un mediador británico, Yorubas y Fulanis firman un acuerdo por el que los primeros recuperan el control sobre su tierra. En 1901 Yorubaland es colonizada oficialmente por el imperio británico, quienes establecen un sistema administrativo que mantiene gran parte de la estructura de gobierno Yoruba.

Economía: Históricamente, la sociedad Yoruba se ha caracterizado por el predominio de la agricultura como su principal actividad económica. Los cultivos fundamentales son el cacao y el ñame. Éstos se plantan por periodos rotatorios de tres años, alternándose con cultivos de yuca, maíz, cacahuete, algodón y lentejas. Al final de este ciclo la tierra se deja en barbecho, a veces durante siete años. Se estima que casi el 70 por ciento de la población se dedica a la agricultura. Yorubaland se caracteriza por la existencia de numerosos centros urbanos densamente poblados con campos circundantes para cultivar.
Sociedad: Los sistemas políticos y sociales varían grandemente de unas regiones a otras. Cada región cuenta con un centro urbano importante en donde reside la principal autoridad de la misma. Cada pueblo tiene un líder (Oba), quién puede lograr su posición de varias maneras: de forma hereditaria, ganando la posición a través de la participación en determinadas asociaciones o siendo elegido personalmente por el Oba gobernate. En muchos casos, se considera que el Oba es un descendiente directo del Baale (padre de la tierra), el Oba fundador de la población. Un Consejo de jefes normalmente ayuda al Oba en la toma de decisiones. Asociaciones como el ogboni, juegan un papel importante equilibrando el poder dentro de las ciudades.

Antiguamente, el palacio real se encontraba en el centro de la ciudad y delante del mismo se celebraba el mercado. El Oba era el líder religioso y político del pueblo. Nombraba a los jefes; Otun ("hombre de la mano derecha"), o primer consejero y Balogun, el Jefe de Guerra. El rey era considerado como una persona sagrada, como un dios viviente. No se le podía ver ni hablar directamente. No podia comer en público. Su alma pasaba su sucesor.


Religión y Mitología Yoruba: Los Yoruba dicen que cuentan con 401 deidades diferentes. La complejidad de su cosmología ha llevado a los estudiosos occidentales a comparar la socieda Yoruba con la Grecia Antigua. Las deidades Yoruba son conocidas como orisha, y el dios principal es Olorun ("el dueño del cielo"). No existe ningún tipo de sacerdocio organizado o templos en honor de Olorun, aunque se le invoca pedir su bendición. Según la religión Yoruba cuando una persona muere su alma entra en el reino de los antepasados desde donde ellos continúan teniendo influencia sobre las cosas de la tierra. Anualmente, los cabezas de linaje son responsables de honrar a todos antepasados en lugares mantenidos expresamente para estefin. Otros orishas importantes son Eshu, el embaucador; Shango, el dios de trueno; y Ogun, el dios de hierro y la tecnología moderna.

La religión Yoruba varía significativamente de una región a otra; la misma deidad puede ser masculina en un pueblo y hembra en el próximo, o las características de dos dioses pueden ser incluidas en una sola deidad en una región vecina; en la ciudad de Ile Ife solo el dios embaucador se adora bajo tres nombres diferentes. En estas variaciones de las características de cada orisha, transmitidas oralmente, se aprecian además las influencias de religiones ajenas, especialmente cristianas y musulmanas. A pesar de tanta deidad, se considera que la religión Yoruba es una religión monoteista con un solo dios creador omnipotente que gobierna todo el universo, junto con varios centenares de deidades menores, cada una con un poder específico.


Shangó (Sango o Sagoe), el dios del Trueno, ocupa una posición importante en el panteón de la cosmogonía Yoruba. Crea el trueno y los relámpagos lanzando "piedras del trueno" a la tierra. Los sacerdotes van al sitio donde ha caido un relámpago para buscar la piedra lanzada por Shango. Se cree que estas piedras tienen poderes especiales, y se guardan en templos dedicados a Shango. Éste, tiene cuatro esposas, cada una de las cuales es materializada a través de un río de la tierra Yoruba. Su esposa principal, Oya, es representada por el Río Níger. Según un mito sobre Shango , cuando él era humano y gobernó como el cuarto rey del antiguo reino de Oyo, tenía el poder de crear relámpagos y, por descuido, mató a su familia entera inadvertidamente. Como compensación a este mal causado, a su muerte se convirtió en un orisha. Los Yoruba suelen decir que cuentan con 401 o 601 orisha diferentes y parece que es Shango, al ser el más reciente el que añade esa unidad.

Las características de Olorun como creador y omnipotente , pero sin culto de ningún tipo ha hecho pensar a algunos que tal vez sea de creación más reciente, como reflejo del dios cristiano y musulmán. Algunas leyendas Yoruba hablan de par de dioses, Orishala (Obatala, Orisa-nla) y su esposa Odudua, como deidades creadoras supremas, independientes del Olorun omnipotente o precediéndolo. En cambio, otra leyenda presenta a Olorun creando el mundo y dejando a Obatala y Odudua para terminar a los detalles; otros intérpretes han considerado Olorun y Obatala uno y el mismo. Obatala, a menudo un dios escultor, tiene la responsabilidad de dar forma a los cuerpos humanos; Olorun, sin embargo, les la capacidad de respirar, les da la vida. En algunos lugares, Obatala gobierna sobre todos los orisha, o dioses menores, como rey, aunque subordinado a Olorun. Cuando llegaron los primeros misioneros cristianos a las tierras del pueblo Yoruba, les explicaron que estos dioses menores descendieron de un solo dios omnipotente, de la misma manera en que Jesús era el hijo del dios cristiano.

Otro orisha importante es Ogun, el orisha de la guerra. Sirve como el patrón de los herreros, guerreros, y de todos los que usan metal en sus ocupaciones. Preside también los tratos y contratos En algunas cortes Yoruba, se jura decir la verdad besando un machete sagrado que representa a Ogun. Se le considera temeroso y terrible en su venganza; si uno rompe un pacto hecho en su nombre, el castigo será inminente y terrible. Algunas regiones combinan Ogun con el dios del embaucador, Eshu. Eshu o Legba como es también conocido.

En el pasado, Eshu fue identificado equivocadamente por los europeos con el Diablo. El panteón Yoruba, sin embargo, no tiene ningún dios malo; una comparación más exacta estaría entre Eshu y el Satanás que pone a prueba la fe de los hombres. Un mito sobre Eshu cuenta que una vez, se disfrazó de comerciante y fue vendiendo alternadamente a cada una de las dos esposas de un hombre, regalos cada vez mas maravillosos, lo que provocó la pelea entre ellas por conseguir el favor del marido hasta que la familia quedó rota definitivamente. Eshu también sirve como el guardián de casas y pueblos. Cuando se le rinde culto en esta posición tutelar, sus seguidores lo llaman Baba ("padre"). Eshu también sirve como protector de Ifa, un arte geomantico sofisticado de adivinación que usa señales, y cuadrados crecientes del número cuatro para predecir todas las facetas del futuro. Es muy popular y hay muchos Yoruba que no toman ninguna decisión importante sin consultarlo.

Shokpona, el dios de la viruela, fue en otro tiempo, un orisha importante. Shokpona aterraba tanto que se temía decir su nombre, nombrándosele de forma indirecta, hablando de Elegbana ("tierra caliente") Asoro ("uno cuyo nombre no es propicio llamar durante la estación seca"). Los sacerdotes de Shokpona contaban con un inmenso poder; en tanto que se les consideraba capaces de llevar la enfermedad a sus enemigos De hecho, se sabe que hubo sacerdotes que preparaban una poción con las postillas y la piel seca de enfermos que morían de viruela para luego tirarla en la casa de un enemigo o un pueblo vecino para extender la enfermedad. Hoy, sin embargo, en que la viruela ha sido erradicada, los sacerdotes de Shokpona han perdido poder y el culto ha desaparecido.

Algunos dioses, como Olokun, sólo aparecen en ciertas regiones. Olokun ("el dueño del mar"), alternadamente un dios o una diosa, es responsable de la vida en el mar con sus soldados y sirenas; una leyenda popular cuenta que Olokun intenta conquistar la tierra por medio de un gran diluvio. Lógicamente, el culto a Olokun se da exclusivamente en las regiones costeras.

Cuando un niño nace, un adivino, babalawo, determinar qué orisha debe seguir el niño .

Como consecuencia del tráfico de esclavos de mediados del siglo 18 que afectó de forma especial al pueblo Yoruba, hoy se encuentran muchos elementos de la cultura, la religión y el idioma Yoruba extendidos por paises como Cuba y Brasil.

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sábado, 9 de octubre de 2010

PAI JOAO DE BARA

Su vida...

Los caminos de la vida nos llevan a homenajear a nuestro querido viejito, a nuestro gran Pai. Para nosotros, todos sus descendientes, el más grande, el más importante, el mejor, el gran guerrero de la luz, el que supo traer su Nación, colocar su bandera, disfrutar de la felicidad de sus hijos y hacer felices a muchos otros.

El Pai João do Bará, procedente de una humilde familia de Porto Alegre, de profesión picapedrero, analfabeto -así decía su documento de identidad en 1964-, se inició en la Nación Jéjè de la mano de Mãe Chininha de Aganju de Ibeijis (descendiente de esclavos), cuya casa de religión estaba ubicada en la ciudad de Porto Alegre. Esta Iyalorixá, con más de 80 años, fue de alguna manera obligada por sus hijos a cerrar la casa debido a que sufría del corazón.

Las danzas de su Xangó eran tan imponentes a la hora de bailar el Aluxá -danza ritual de Xangó-, que terminaba muy fatigada y cansada. Para preservar la vida de su querida madre decidieron cerrar la casa.

João Correia Lima, que en ese momento estaba allí, ya prácticamente con todos sus Axés, decidió encostarse, acercarse o finalizar lo que ya tenía en la casa de otro Babalorixá muy conocido y famoso en la ciudad de Porto Alegre. Este Babalorixá, era conocido porque de su casa surgieron grandes nombres que llevaron a la religión adelante en los años ’70 en la ciudad de Porto Alegre. Nos referimos al Babalorixá Antoninho de Oxúm, de la conocida Nación de Oyos, representante del reino de Oyos.

Los Batuques del Pai João, en la calle Comendador Rehigans al 269, tenían dos partes: una era la Nación de Jéjè de Dagabis (Jéjè de Palitos), con tres tambores pequeños y unos más grandes, adornados alrededor con cascabeles; el toque de Jéjè de Dagabis tiene una similitud con el Are Are del Batuque. Cuando finaliza el toque de Jéjè, siempre y cuando sea una nación compuesta, los Orixás que habían participado de las diferentes danzas del Jéjè, continúan con la segunda parte, la danza para la Nación de Oyos, en la cual se toca el tambor con las manos.

Siempre que había una festividad en el llamado terreiro o Ilé de la calle Rehigants, cuyo nombre era "Sociedad Beneficiente 19 de mayo", del Barrio de Auxiliadora en Porto Alegre, en ese templo, sobre la puerta del pegí, había una foto de perfil del Babalorixá Antoninho de Oxúm iluminada, indicando el gran respeto que tenía su hijo por él, ya que fue con quien el Pai João finalizó su sacerdocio religioso africanista.

Le conocimos en Montevideo, en General Flores 4410, en el Ilé de Oxúm de la fallecida Mãe Amelia. Fue traído por primera vez por el Pai Alberto Santiago Pávez, aún con su casa de religión en Buenos Aires.

Luego de haberse ido de Montevideo, su historia está ligada a la del Pai Enrique Guardia y al Pai Ángel Salvador Córdoba de la ciudad de Rivera, a quienes la vida les llevó por caminos idénticos, llevándolos hasta Sant’Ana de Libramiento, y allí hasta la casa de la Mãe Teta, donde conocieron primero la Umbanda y luego el Batuque.

La Mãe Teta los condujo a la casa del Pai João, al Pai Alberto Santiago Pávez personalmente y los otros dos en diferentes etapas. Con el hoy Pai Mara (Alberto Santiago Pavez) ocurrió algo especial cuando la Mãe Teta le dijo al Pai João: "le traigo éste hijo que yo quiero mucho para que usted lo apronte".
El Pai lo miró primero a él, y luego dirigiéndose a la Mãe Teta le dijo: "es hijo de Bará".
Así comenzó el mensaje de Bará, el señor de los caminos, ese hijo de Bará abrió el camino para que otro Bará llegase a Montevideo con el Batuque de Jéjè de Dagabis al hombro, rumbo a la casa de Amelia Aires, dónde, como decíamos al comienzo, le conocimos.

Su llegada a Montevideo causó conmoción en todo el ámbito religioso local. Se hablaba del mal y del bien, de los santos cristianos, de los caboclos y los prêtos, una mezcla no muy auténtica dentro de la religiosidad afroumbandista, el sincretismo heredado del Brasil. Con esto querían justificar que el ritual de Umbanda era mejor, más bueno y más puro que los rituales de Batuque. Hacían entender que el Batuque era maligno porque allí se faenaban animales o que tenía una connotación con el diablo de los cristianos. Costó mucho tiempo hacerles entender que no se faenaba porque sí, sino que se faenaba para comer y para que esa carne de caprinos, ovinos y porcinos, como aves de corral, se repartiera entre los que estaban en retiro espiritual durante los ocho o dieciséis días para luego consagrarse sacerdote.

Claro que en aquella época no había difusión radial de la religión, ni televisiva, ni tampoco escrita. Aquí un pensamiento propio de lo vivido en esta época: "Bueno, para que tanta difusión, si total, quienes supuestamente lo difunden no aportan nada de conocimiento porque no saben ni para ellos"...

La fuerza de los propios Orixás hizo que los umbandistas tuvieran que presenciar rituales y ceremonias, y así, más tarde decidieron ingresar a la religión de los batuqueros, porque su propia Umbanda había adoptado desde su fundación en 1908 como propios, 7 de los Orixás africanos para integrar su organigrama poniéndolos en un grado superior astral, comandando todas las falanges de la Ley.

El Batuque llega Montevideo y se instala para echar raíces. Las primeras casas reciben con honor a quien las inaugurara y comienza el crecimiento. Los Orixás hacen sentir su fuerza y comienzan los primero milagros, nacen nuevos Pai y Mãe, creciendo así las nuevas generaciones de batuqueros. Treinta años después se extiende en todo el territorio nacional y llega a Buenos Aires. Otros Babalorixás llegaron trayendo sus naciones, otras Mães de Santo incursionaron con sus danzas y sus fundamentos, pero la magia del primer encuentro aún esta latente, la fuerza del axé de Bará Exu Bi se extiende a lo largo y ancho de nuestras vidas, para él no existen las fronteras.

Sus hijos plantaron nuevas semillas, muchas continúan en el axé que fueron plantadas, otros buscaron nuevos caminos, para finalizar o comenzar un nuevo verbo, una nueva lectura pero un viejo camino, el del crecimiento espiritual. Los hijos del Bará Exu Bi nos quedamos con una enseñanza que una vez viéramos de él, cuando le visito Joasinho da Gomeia, el recibimiento fue muy cálido y dio a entender el conocimiento de mucho tiempo atrás: "El hombre que preserva a sus amigos jamás es dominado por las tempestades de la existencia; tiene fuerzas para vencer las dificultades y seguir adelante".

En el nuevo siglo, en el comienzo del milenio, los hijos, nietos, bisnietos y tataranietos del introductor del Batuque en el Uruguay rinden este sincero homenaje a éste gran maestro religioso, que dejara el camino abierto para transitar en el ALUPO BARÁ EXU BI (señor de los caminos).

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