Orixás Yorubás
Dios (nunca adivinando por el precipitado celo misionero) conocido para los yorubas como el único foco trascendente del ser, la instancia ética de absoluta autoridad. Olodumaré es totalmente diferente de todo lo que somos, conocemos o alguna vez pudimos imaginar. El no es comprobarle con nada ni con nadie. Está más allá de la aproximación ritual. Todo el tráfico meta intelectual está a cargo de los dioses, los orixás. El vive y actúa en la conciencia de los yorubas ( mental y físicamente experimentado) como el sagrado gozo por sobre EL, como una realidad siempre presente.
ELEEDA-ORI-EGBE
Eda es todo lo que es credo. Dioses, espíritus, y toda vida nacida en la tierra. Todo es Eda. Eleeda es el creador, es la dimensión creativa de Olodumaré. Eda, siendo creada consciente de la realidad de Olodumaré, es catalíticamente la fuente de la existencia de Ori, el exclusivo metaintelectual de Dios y su sagrado dinamismo. Ori es comparable con el Espíritu Santo , es la sustancia proto-místico de Olodumaré, que en su naturaleza es propiamente, dinámica. Por tanto a Eleeda y Ori se les nombra conjuntamente: Ori im., Eleeda ami (mi Ori, mi creador) durante el ritual. Ori representa más intensamente la propia y única espiritualidad de Dios, y también El en nosotros. El lugar físico de Ori en nosotros es la cabeza también llamada Ori. El ritual de Ori está mayormente combinado con el ritual a Egbe. Ori, nuestro intelecto superior inherente, no puede y no debe ser disociado de Egbe, nuestro propio enjambre de predilecciones emocionales inherentes a nosotros ( como la sicopatología ha mostrado). Estas implicancias emocionales, nunca estacionarías o detenidos y la correspondiente multitud interior de sentimientos espontáneos son espontáneos son epifánicamente representada por una bandada de palomas y se manifiestan en la compleja identidad de su propio Egbe (Egbe quiere decir sociedad). Por tanto, el aspecto emocional de uno mismo se extrovierte y manifiesta en el “cielo” (Orún, cuyo epifonémono es Samon, cielo), desde uno va a regresar, vuelto a nacer bajo una nueva forma de vida. De acuerdo a la compleja comprensión de la realidad yoruba, Ori y Egbe no son, bajo ningún concepto, ideas abstractas o ilustraciones doctrinarias, de algún filosófico concepto de alma. Ori e Egbe son vitales dimensiones de la totalidad de nuestro ser.
ABIKÚ
Abikú son niños que están tan enfáticamente preocupados por la experiencia de “sus compañeros de juego en el cielo” (su distraída complejidad emocional subconsciente) que en general mueren jóvenes para volver con ellos.
Pero lo hacen sólo para añorar sus padres en la tierra, dejando que los hagan nacer nuevamente, sólo para abandonarlos otra vez en poco tiempo.
Uno ejecuta un ritual por la sagrada instancia central de Egbe, como única forma mediante la cual se puede encontrar remedio a está calamidad. También uno trata de espantar al pequeño cuerpo muerto, con el cual muchas veces renacen (como un hecho). Esto entonces ayuda como foco psíquico en las ceremonias siguientes, destinadas a hacer que el pícaro “ángel” se quede.
IBEJI
Ibeji son mellizos (nacimiento ibu, de dos: eji).Aun hoy se les considera como Ara Orún, merodeando del cielo. Son obligados a traer sacrificios regularmente a la sagrada instancia de Ibeji. Si uno muere debe hacerse una pequeña imagen del muerto. Se debe conservar en la casa altar del orixá (antiguamente era cargado en un echarpe en la espalda del sobreviviente). Una pequeña parte de la comida del sobreviviente y una pequeña réplica de trajes comprados recientemente, no debe olvidarse.
Se puede dirigir a cada mellizo como Omo-meji, dos niños. En el pescado sólo se casaban entre ellos o tenían que esperar para el casamiento por un joven del otros sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.